Jul 13, 2018 | 0 Comentarios

Las bacterias se hacen más fuertes… y las farmacéuticas ya no quieren combatirlas

La lucha contra infecciones que ponen en peligro la vida sufrió otro golpe cuando una de las farmacéuticas más grandes del mundo agitó la bandera blanca.

Novartis es el último gigante farmacéutico que pone fin a la investigación antibacterial y antiviral, sumándose a empresas como AstraZeneca, Sanofi, Allergan y Medicines. Por su parte, GlaxoSmithKline ha puesto en revisión algunos activos de antibióticos.

La retirada renueva la preocupación por un mundo en el cual las infecciones comunes nuevamente se vuelven letales en tanto los microbios desarrollan resistencia a los fármacos existentes. Las ventas de nuevos antibióticos son demasiado pequeñas como para que las grandes farmacéuticas recuperen sus inversiones, y las medidas públicas para fomentar la actividad no tienen efecto.

“Hay un quiebre en el mercado”, dijo David Shlaes, exejecutivo farmacéutico y asesor. “Estamos en un punto en que la resistencia se mueve mucho más rápido que nuestra capacidad para proporcionar nuevos antibióticos. Ésta es sólo otra en una larga sucesión de muy malas noticias”.

El último repliegue se produce después de un breve periodo en que los líderes de la industria parecían dispuestos a asumir riesgos en este campo. Merck & Co gastó 8 mil 400 millones de dólares en 2014 en Cubist, líder en antibióticos. Novartis, Glaxo y otras compañías prometieron en el Foro Económico Mundial de 2016 combatir la amenaza de las bacterias resistentes a las drogas. El gobierno estadounidense ofreció a las empresas dispuestas a invertir una protección de patentes más extensa y subsidios por un posible valor de cientos de millones de dólares.

Las bacterias se hacen más fuertes… y las farmacéuticas ya no quieren combatirlas
Las bacterias cada vez se vuelven más resistentes a los fármacos actuales, por lo que las farmacéuticas desarrollan proyectos para combatirlas. Pero grandes empresas como Novartis y AstraZeneca han abandonado la investigación.

La lucha contra infecciones que ponen en peligro la vida sufrió otro golpe cuando una de las farmacéuticas más grandes del mundo agitó la bandera blanca.

Novartis es el último gigante farmacéutico que pone fin a la investigación antibacterial y antiviral, sumándose a empresas como AstraZeneca, Sanofi, Allergan y Medicines. Por su parte, GlaxoSmithKline ha puesto en revisión algunos activos de antibióticos.

La retirada renueva la preocupación por un mundo en el cual las infecciones comunes nuevamente se vuelven letales en tanto los microbios desarrollan resistencia a los fármacos existentes. Las ventas de nuevos antibióticos son demasiado pequeñas como para que las grandes farmacéuticas recuperen sus inversiones, y las medidas públicas para fomentar la actividad no tienen efecto.

“Hay un quiebre en el mercado”, dijo David Shlaes, exejecutivo farmacéutico y asesor. “Estamos en un punto en que la resistencia se mueve mucho más rápido que nuestra capacidad para proporcionar nuevos antibióticos. Ésta es sólo otra en una larga sucesión de muy malas noticias”.

El último repliegue se produce después de un breve periodo en que los líderes de la industria parecían dispuestos a asumir riesgos en este campo. Merck & Co gastó 8 mil 400 millones de dólares en 2014 en Cubist, líder en antibióticos. Novartis, Glaxo y otras compañías prometieron en el Foro Económico Mundial de 2016 combatir la amenaza de las bacterias resistentes a las drogas. El gobierno estadounidense ofreció a las empresas dispuestas a invertir una protección de patentes más extensa y subsidios por un posible valor de cientos de millones de dólares.

NO SE VENDEN

Pero los nuevos antibióticos simplemente no se vendieron. Sólo cinco de los 16 antimicrobianos de marca aprobados desde 2000 hasta el año pasado pudieron generar ventas anuales de más de 100 millones de dólares, según un estudio del Centro Margolis de Política Sanitaria de la Universidad de Duke. Es una suma insignificante comparada con los miles de millones de dólares de los nuevos tratamientos para el cáncer.

El problema para las farmacéuticas es que los nuevos antibióticos habitualmente se mantienen en reserva y no se usan a menos que se los necesite porque los pacientes han desarrollado resistencia a un medicamento más antiguo. Aun los antibióticos más caros, de alrededor de mil dólares por día, son baratos comparados con un fármaco para el cáncer que se administra durante meses en lugar de unos pocos días o semanas.

Entretanto, desarrollar nuevos antibióticos se está volviendo más caro, dijo Gabrielle Breugelmans, directora de investigación de la Access to Medicine Foundation. Los aproximadamente 275 proyectos de investigación en marcha en el mundo podrían rendir dos o tres medicamentos, señaló.

“La retirada de Novartis nos preocupa un poco porque la empresa tenía un catálogo relativamente grande” de nuevos antibióticos, dijo Breugelmans. “Ahora no está claro qué sucederá”.

Ante la perspectiva de que bacterias resistentes a los antibióticos maten a 10 millones de personas por año para 2050, según un informe del Reino Unido, los gobiernos están evaluando brindar más ayuda. En Estados Unidos, el Congreso está considerando una ley que propone un bono por exclusividad para las empresas que desarrollen antibióticos nuevosque se necesiten con urgencia –bono que puede transferirse a otro producto o venderse-. En India, donde las superbacterias causan la muerte de casi 60 mil recién nacidos al año, el gobierno ha proporcionado financiamiento para investigación inicial a startups nacionales como Bugsworks Research India.

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