Zócalo de Oaxaca convertido en un tianguis

Mayra Morales

Oaxaca, Oax. A lo lejos de los recuerdos y sólo en postales en blanco y negro han quedado las imágenes del esplendoroso zócalo capitalino, que hoy se reduce a un tianguis de piratería, artesanías de otros estados y montones de basura.

La inseguridad a los alrededores ha crecido, lo mismo que cientos de puestos sobre la Calle de Flores Magón en donde se pueden encontrar desde bisutería hasta armas de juguete, réplicas que incluso han utilizado delincuentes para sus atracos.


Al caminar en el Zócalo podemos observar en las jardineras botes de basura, vasos de plástico y personas en estado de ebriedad tirados, mientras los corredores del Palacio de Gobierno son disputados por grupos de desplazados de San Juan Copala que amparados en una añeja medida cautelar han montado grandes sucursales de venta de textiles.

En los últimos años se han instalado grupos liderados por Reyna Martínez, Juliana Martinez Hernández, Jesús Martínez Flores quienes bajo la protección de alguna mano política gozan de privilegios que les ha permitido hacerse de recursos económicos con la venta de productos «artesanales» y sin ninguna restricción de colocar sus «diablitos» además de cuantiosas mensualidades para mantenerse en viviendas y cobijarse bajo la bandera de «desplazados».

Bajo la presión y el chantaje una de las jardineras, permanece desde un año en manos de la organización Sol Rojo, que lidera Yolanda Ruiz que también ha encontrado una forma de obtener ingresos con la renta de al menos 15 puestos de «artesanías» y desde hace 8 meses, la Unión de Artesanos y comerciantes oaxaqueños en Lucha (UACOL) también han delimitado sus espacios.

Como en pueblo sin ley, esta organización también seducido por los ingresos que genera una «lucha desierta» se han instalado y colocado puestos ambulantes sin que ninguna autoridad los pueda retirar, bajo los ojos complacientes del Presidente Municipal Oswaldo García Jarquín y del secretario General de gobierno Héctor Anuar Mafud Mafud.

La Plaza de la Constitución, fue trazada en 1529 por Juan Peláez de Berrio, el primer alcalde de la ciudad. Su austero diseño original se mantuvo sin mayores cambios hasta 1739, año en el que se colocó una fuente de mármol, reemplazada por un quiosco en 1857.

Nadie imaginaria que en la actualidad se limitarían a reducirla a un espacio para marchas y plantones, un pizarra para pintas y desmanes a pesar de ser símbolo de un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad.

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